Espíritus malévolos. Mononogatari Nº 03 (de 16)

APARECE UN ENEMIGO DEL PASADO DE HYÔMA

Hyôma y Botan están profundizando en su relación, pero frente a ellos aparece el paraguas, objeto de odio de Hyôma. Da comienzo así una batalla movida por el rencor y las ganas de destrucción que se cruza con la lucha por proteger un juramento.

HYÔMA LE HACE UNA PROMESA A BOTAN

Debido a un incidente de su pasado, Botan se teme a sí misma y no es capaz de confiar en la gente, pero Hyôma le promete que él será capaz de protegerla. No obstante, Botan lleva toda su vida viviendo rodeada de Tsukumogami y apenas se le ha permitido salir al exterior, por lo que su percepción de la realidad es distinta a la de Hyôma. Su encuentro en la ciudad milenaria de Kioto creará unas ondas que sacudirán todo Japón.

HYÔMA Y BOTAN ACORTAN DISTANCIAS

Hyôma y Tsubaki Kadomori, una Saenome de Kioto, se disponen a eliminar el grupo de Tsukumogami cuyos recipientes son instrumentos de tortura y que actúan con el propósito de causar sufrimiento a la gente: el Sôgenbi. Por una parte, tenemos a aquellos que buscan herir a los humanos, por otra, están quienes quieren salvarlos. Y, en medio de todo, se encuentra aquella que deambula en la frontera entre objetos y humanos; Botan Nagatsuki, cuya distancia con Hyôma se acorta cada vez más.

OBJETOS Y HUMANOS…

Con el paso de los años, los objetos van adquiriendo poder espiritual hasta que desarrollan un “corazón” y se convierten en Tsukumogami.

Hyôma es un joven que se dedica a enviar a dichos seres de vuelta al otro mundo, mientras que Botan es una chica que vive con ellos y los quiere como si fueran de su familia. Ambos han comenzado a compartir techo junto con seis Tsukumogami, pero su verdadero objetivo sale a la luz cuando se revela el secreto de Botan.

HUMANOS Y TSUKUMOGAMI

Tsukumogami... Tal es el nombre que se les da a los espíritus que poseen artefactos antiguos. Los mismos que le arrebataron sus seres queridos a Hyôma Kunato, heredero de un clan que justamente se encarga de eliminar a estos espíritus.

Para que pueda verlos desde otra perspectiva, se le envía a vivir junto a Botan Nagatsuki, una muchacha que convive con varios tsukumogami que la quieren como si fueran familia. Así, ambos empezarán a vivir bajo un mismo techo en la ciudad milenaria de Kioto junto a los Tsukumogami, aunque no sin dificultades.