Arte Nº 14

Arte y los demás están a punto de llegar a las puertas de Florencia. La distancia con su maestro va acortándose, pero a medida que se acerca a las tierras devastadas por la gran batalla, Arte empieza a inquietarse. La relación de Leo con su indiferente maestro, Ezio, empieza a cambiar después de cierto incidente. Y es entonces cuando conoce a Ubertino, un cliente un tanto problemático del tallerón.

Florencia ha caído y a Arte se le presenta una oportunidad de reencontrarse con su maestro, Leo. La alegría que siente al reencontrarse con Dacia y Angelo dura poco tiempo; decide dejar a sus amigos y seguir adelante para cumplir su deseo de ver una vez más a su maestro, de quien la vida la ha separado. Mientras tanto, este recuerda su pasado en una ciudad devastada. La persona que ofreció su mano para salvar al joven y desafortunado Leo fue Ezio, un pintor que detestaba los problemas y más adelante se convertiría en su maestro.

Arte se dirige a Florencia para encontrarse con su amado maestro Leo. Sin embargo, durante el viaje, los atacan los piratas y Arte presencia la muerte de uno de sus compañeros. Sintiéndose responsable, decide continuar el viaje sola, pero Guido se muestra determinado a llevar a cabo su trabajo y la disuade de su idea. Mientras continúan su viaje, Arte y Guido fortalecen su vínculo compartiendo experiencias pasadas y contándose sus sentimientos por personas muy importantes en sus vidas. Finalmente, llegan a un pueblo donde a Arte la espera un reencuentro totalmente inesperado.

Ocho años después de que Arte se exiliase a Castilla, la pintora termina su último cuadro como retratista de la corte, y está dispuesta a volver junto a su antiguo maestro, Leo, a Florencia pero la ciudad ha caído presa de la guerra! Acompañada del guardaespaldas que la infanta Irene, preocupada por su seguridad, le ha designado, Arte se hace de nuevo a la mar en una singladura llena de peligros y desventuras.

Tras muchos años de separación, Arte se reencuentra con su madre. Antes de despedirse para siempre de ella y seguir en el exilio a la infanta Irene, la que se ha convertido en su protectora y mejor amiga, la joven pintora lleva a cabo su retrato… un momento que su madre aprovecha para abrirle su corazón y contarle todo lo que había callado hasta ese momento.