La balada del viento y los árboles Nº 08 (de 10)

Serge y Gilbert comienzan su vida en París. Para alguien que no sabe lo que es vivir por sí mismo, como Gilbert, resulta imposible comprender que Serge se esmere por trabajar de sol a sol. Para este, sin embargo, resulta inimaginable la soledad que siente Gilbert al no tener a su lado a la persona que ama. Patricia y Bonnard, amigos incapaces de desentenderse de la situación, tratan de ayudarlos discretamente, pero la relación entre los jóvenes no deja de empeorar. En el momento en el que Darnini, cabecilla de una organización proxeneta, le suministra droga a Gilbert y el muchacho cae presa del opio, ¡la historia entra de lleno en su dramático clímax!

Convertido prácticamente en un rehén, Gilbert se ve expuesto a la crueldad de Adam bajo la amenaza de que harán daño a Serge si él no accede a volver a Marsella. Serge, que lo había malinterpretado todo, informa a Gilbert de que es hora de despedirse para siempre, pero la realidad es que sus corazones ya están irremediablemente unidos. Aunque Jules de Féri pone remedio a la incómoda situación, el mismísimo Auguste Beau irrumpe en el instituto. Tras ser interrogado en el despacho del director sobre su relación con Gilbert, Serge toma la decisión de escaparse con él. ¡¿Tendrá éxito la fuga de este par de chicos que han decidido apostar sus almas por un sueño imposible...?!

Auguste finge acercarse a Serge y lo colma de favores con la idea de alejarlo del instituto. Sin embargo, es Gilbert el que acaba sufriendo las consecuencias de estas maniobras amorosas. Llega a odiar a Serge hasta el punto de querer matarlo, pero con el tiempo el lazo que los une se va estrechando. Serge ve de nuevo cómo las garras del amor amenazan con desgarrar a su orgulloso compañero de cuarto y no puede reprimir el sentimiento de cariño que en el pasado había tratado de eliminar. Llega el verano y, con él, las largas vacaciones del instituto. Entonces Gilbert y Serge se quedan solos en la residencia...

Serge nació en las montañas del Tirol, pero el cruel destino pronto puso fin a la alegre niñez que le brindaron sus padres. Cuando Aslan volvió a caer enfermo y falleció, el pequeño tuvo que separarse de su madre e ir a vivir, como heredero del vizcondado, con su abuela. La mala fortuna quiso que su tía Lisabeth se aprovechara de su talento como pianista, heredado de su padre, y animara a Serge a tocar para la alta sociedad, lo que le valió elogios y humillaciones a partes iguales. Finalmente, tuvo que dejar la casa familiar cuando su prima Angeline resultó herida por unas brasas. La historia vuelve a dirigirse a su núcleo central...

Aslan, el padre de Serge, vomita sangre repentinamente mientras disfruta de sus días de juventud en el Instituto Lacombrade. ¡Sufre una enfermedad pulmonar...! Tras pasar una temporada recuperándose, vuelve al instituto, pero tiene que renunciar a tocar el piano. Para no defraudar las expectativas de su padre, aprueba con un año de adelanto los exámenes de acceso a la universidad. Cumplidos ya los 18 años, a principios de verano, la diosa del destino le sonríe en la Ópera de París y conoce a Paiva, la madre de Serge. Sin embargo, en esos momentos ella ya cuenta con un patrón: el marqués Georges-Louis Gargère... ¡Las llamas de su amor arden con intensidad y se extienden hasta rodear a toda la familia del vizconde y a sus buenos amigos!

Con 11 años, Gilbert se muda a París. La extremadamente peculiar forma en que se ha criado hace que enseguida se convierta en un favorito de la alta sociedad. Las constantes veladas, noche tras noche, y el reencuentro con Bonnard provocan una frialdad extrema en Auguste. Gilbert es castigado y expulsado de su casa, por lo que no le queda más remedio que llamar a la puerta del artista. Llegan días inesperadamente tranquilos, pero las violentas tribulaciones del amor no desaparecen. Hasta que, al final, el muchacho decide arrojarse al vacío desde una ventana de la tercera planta. ¡Auguste y Bonnard están a punto de batirse en duelo en el bosque de Vincennes para disputarse a Gilbert!

Nos remontamos en el tiempo hasta la infancia de Gilbert. Auguste va a visitar el castillo de Marsella, donde se encuentra con un niño de cinco años que se ha criado sin sus padres debido a que el suyo fue un nacimiento no deseado. Cuando Auguste se entera de los secretos que lo rodean, comienza a manipular a Gilbert a su antojo como si quisiera cobrarse la venganza por un oscuro pasado en el que sufrió graves heridas. Sin embargo, el carácter libre y distendido de Gilbert no experimenta cambio alguno... Al menos, hasta la llegada del escultor Bonnard, quien, embelesado por la belleza del chico, se propone hacerlo suyo a la fuerza.

Tras pasar las vacaciones de invierno en la casa de su amigo Pascal, Serge regresa al instituto y se encuentra a un Gilbert totalmente derrotado y apático. La reacción de Gilbert es suplicarle a Serge, entre sollozos, que pase con él la noche en la misma cama. Serge experimenta una curiosa sensación de alivio al sentir la calidez de su piel desnuda contra la de Gilbert y decide confesarle al cura lo ocurrido. Lo que Serge ignora es que el cura es en realidad confidente de Rosemarine, el delegado general: ¡resulta que lo están vigilando a escondidas! Por si esto fuera poco, ahora se descubre que el individuo que cuenta con más poder e influencia en el instituto resulta ser Auguste, el tío de Gilbert...